martes, 4 de agosto de 2009

EL VENDEDOR DE AMIGOS.



Venía dos veces por semana empujando un carrito destartalado y viejo, construido por si mismo con los restos de la grandeza antigua de un longevo árbol partido por un rayo. Se veía sumamente frágil con sus rueditas de bicicleta, sus múltiples curiosidades amontonadas, sus curiosos cajones cada uno más extraño y anormal que el otro. Parecía que fuera a caerse en cuanto el su dueño lo soltara, pero luego de tambalearse macabramente por un momento, se quedaba quieto como el mejor de los edificios perfectamente construido. Lo manejaba una persona olvidada, ya que no tenía familia, ni recuerdos. Siempre traía las mismas ropas cada vez más acabadas, con el cabello enmarañado y la sonrisa gastada. Pasaba como a eso de las seis anunciándose con un grito leve anticipado por el murmullo musical que hacía el carrito al andar.

Vendía amigos.

Solían burlarse de él en cuanto pasaba, mirándolo con pena, pero tampoco nunca supimos que no fuera cierto. Y de serlo, su maravillosa empresa tenía dos errores: uno, los amigos no se venden y en segunda porque no aceptaba dinero, sino algo en igual valor a lo que adquirías. Vendía de todo tipo de amigos: Verdaderos amigos, Amigos para toda la vida, Amigos para platicar, Amigos para reír, Amigos para soñar, Amigos para tomar, Amigos para olvidar. También aceptaba que le dieras en adopción a los amigos que ya no querías. Los apuntabas en un papel. Y él se encargaba de dárselos a otras personas y quitarlos de la que ya no los necesitaba.
Rebuscaba en sus cajones algo que nunca supieron decir bien que era y la metía dentro de un frasco. El color variaba dependiendo del amigo. Al cabo de un tiempo, tu amigo llegaba. Solía tardar días, meses o quizás años, pero el amigo siempre terminaba por llegar, cuando tuviera que llegar. Sólo hacía una advertencia, como el que vende algo sumamente exótico. Cuidarlo. Porque como en toda mercancía, algún falló de vez en cuando se daba. Y un amigo sin un buen cuidado, era imposible volverlo a vender.

Katrina

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