jueves, 2 de septiembre de 2010

La fotografía - (fragmento Mariposas)

Lo supo desde que entró. Desde antes de que abriera la cerradura o notara lo diferente que sonaba el silencio. Se quedo un rato mirando su habitación en la obscuridad detenido en el umbral. Repasando mentalmente la ubicación de cada uno de los elementos que la componían. Cuando finalizo, noto que era lo impalpable que él no alcanzaba a ver pero que volvía todo tan diferente. Anduvo hacía la cómoda y rebusco dentro de un cajón, en medio de objetos olvidados o perfectamente ocultos. Sus dedos sintieron la madera del fondo y luego el frío del papel de fotografía.

Ahí estaba Valeria.

No tuvo necesidad de verla a la luz de la lámpara, se había aprendido de memoria la vieja fotografía que le robo en los años en que convivían juntos. Donde ella aparecía sonriendo tranquilamente, con el uniforme escolar puesto, el cabello alborotado y corto. Con aquella mirada tímida y penosa pero tan hermosa como siempre fue. Sergio se recostó en la cama con la fotografía aún en la mano. Empezó a llorar. Valeria estaba muerta y nunca iba a volverla a besar.

Valeria lloro con él desde su muerte. Ya que ese deseo era algo que ella también quería. A Sergio Fernández era al único que se permitió extrañar. Al único que se permitió ver y cuidar. Se despertaba con él, se sentaba a la mesa con él, corría con él, dormía con él. Se la pasaba viéndolo respirar suavemente, recorriendo el contorno de sus labios con sus dedos invisibles.
Fue al único de sus amores que se permitió amar en el más allá.

Katrina